El pensamiento sistémico y el aprendizaje organizacional.

La profundidad y rapidez de los cambios que se están produciendo en el entorno en el que operan las organizaciones en general y las empresas en particular hace que sea imprescindible, para que éstas puedan asegurar su viabilidad, la disponibilidad de herramientas adecuadas al grado de complejidad que dichos cambios plantean.

A lo largo de las últimas décadas son múltiples los desarrollos teóricos que se han ido produciendo en el campo de la organización y la dirección tanto de empresas como de organizaciones en general. En este sentido merecen una especial atención los avances producidos en el ámbito del Pensamiento Sistémico.

En consecuencia haré en primer lugar una breve referencia a la esencia de este enfoque.

Si consideramos un sistema como un conjunto de elementos en interacción dinámica, lo primero que señalaremos es que se trata de un todo que no puede ser dividido en partes sin que pierda al hacerlo sus propiedades esenciales. Las propiedades esenciales del sistema lo son del todo y ninguna de sus partes las posee. Por ello al dividir y separar sus partes éstas ya no poseen las propiedades del todo del que proceden.

Esto tiene implicaciones metodológicas importantes ya que si pretendemos diseñar un nuevo sistema o entender uno existente no podemos aplicar únicamente el enfoque “analítico” consistente precisamente en descomponer el objeto de estudio en partes para, a continuación, estudiar cada una de esas partes con el fin de explicar su comportamiento y propiedades y finalmente agregar estas explicaciones para generar la explicación del todo.

Necesitamos del enfoque sintético mediante el cual identificamos en primer lugar el todo (sistema) del cual forma parte el objeto que queremos estudiar. A continuación explicamos el comportamiento y propiedades del todo para finalmente entender el comportamiento y propiedades de nuestro objeto de estudio (sistema) en términos del rol o función que desempeña en el todo que lo contiene.

He mencionado por tanto por una parte análisis y por otra síntesis. No se trata de valorar cual es más importante ya que cada uno de estos enfoques realiza funciones diferentes y los dos son necesarios. En el enfoque analítico el objeto de explicación es tratado como un todo a dividir en partes. En el enfoque sintético el objeto de explicación es tratado como una parte de un todo que lo contiene. Uno permite describir el objeto de estudio y el otro permite comprender su función y razón de ser. El enfoque sistémico propone la combinación de síntesis y de análisis. Para diseñar un nuevo sistema (p. ej.: una universidad, un sistema judicial, una nueva conexión ferroviaria, un hospital, un vehículo, una aplicación informática, un plan de urbanismo, una empresa, etc.) lo primero que tendremos que hacer es identificar el sistema superior que lo contiene para, a continuación, definir cual va a ser su función en él.

He hecho referencia anteriormente al concepto de complejidad para señalar que el trabajo de los directivos está directamente relacionado con como hacerle frente. Veamos como caracterizarla y valorar su dimensión.

Entre las diversas opciones disponibles para calificar la complejidad, como son, entre otras, la que distingue entre complejidad computacional, técnica, organizacional, personal, emocional, o la que lo hace entre complejidad dinámica y complejidad de detalle (Senge, 1990), aquí centraremos la atención en la complejidad dinámica.

La complejidad dinámica se da en aquellas situaciones en las que las relaciones causa efecto no son evidentes ni tampoco lo son las consecuencias de las acciones en el tiempo. Se trata de complejidad dinámica cuando una acción tiene diferentes consecuencias a corto y a largo plazo, o cuando las consecuencias de dicha acción son distintas según el lugar del sistema de que se trate, o simplemente cuando intervenciones obvias sobre el sistema producen consecuencias no obvias. Es precisamente para este tipo de complejidad para el que están peor dotadas las técnicas de previsión, la planificación o los diferentes métodos de análisis utilizados generalmente en las empresas y organizaciones.

En la mayor parte de las situaciones a las que se enfrentan los directivos de empresas u organizaciones en general, la clave para una intervención con éxito suele estar condicionada por la comprensión de la complejidad dinámica. Por ejemplo, la consecución de un equilibrio adecuado entre el crecimiento del mercado y la expansión de la capacidad productiva es un problema dinámico. Lo mismo sucede con la obtención de una combinación adecuada de precio, producto, calidad, diseño y disponibilidad del producto.

Desgraciadamente la mayor parte de los análisis de sistemas están enfocados hacia la complejidad de detalle. La utilización de gran número de variables y relaciones, en realidad lo que puede provocar es una mayor dificultad para la identificación de las interrelaciones fundamentales del problema. Tratar de analizar los problemas complejos mediante soluciones complejas es lo contrario de lo que persigue el pensamiento sistémico, cuya esencia reside en un cambio de enfoque. Se trata de ver interrelaciones en lugar de cadenas lineales de causa-efecto, y de ver procesos de cambio en lugar de sucesos aislados. La práctica del pensamiento sistémico comienza con la comprensión del concepto de "realimentación" y que nos muestra como las acciones pueden reforzarse o contrarrestarse entre sí.


(Pérez Ríos, 2008).
Sistema de producción-distribución (Beergame)

Una forma muy eficaz para iniciar la comprensión de la complejidad dinámica y la necesidad de enfocar los problemas empresariales y organizativos desde un punto de vista sistémico, es mediante el estudio de un sistema de producción-distribución genérico. Se trata de identificar los elementos que intervienen en el proceso que va desde la recepción de pedidos por parte de un minorista a la emisión de pedidos por parte del minorista al mayorista y de éste a la fábrica encargada de elaborar el producto. Igualmente se estudia el proceso que conduce a la entrega de la mercancía una vez producida. En la figura 1.1 se puede ver el esquema general del sistema.

Sistema Producción Distribución

La estructura correspondiente a este sistema ha sido incorporada en el juego de empresa conocido como "Beergame". Se trata de un juego utilizado de forma general con los alumnos de la Alfred Loan School of Business Administration del M.I.T., la London Business School y muchas otras escuelas de negocios, y cuyo funcionamiento explicamos en el apartado siguiente.